La ley del fuego: ardas o no ardas, cenizas serás. La ley del odio: con la sal que viertas, Tu sed crecerá. ¿Qué conspiración violenta de color hizo nacer la rosa? ¿Quién numeró las gotas, y dibujó con ellas el plumaje del cirro?... Y ¿quién juntó el puñado de neuronas para crear ese dolor que roe, roe, roe, de adentro, sin memoria?... Tu cuerpo es la suma de tus muertes. Tu muerte será la resta de tus cuerpos.