Siéntate, lee y repasa cada palabra que elogiaste a esos autores cuyo talento ves inalcanzable. Toma un lápiz, y quédate en blanco como el papel. Plagia, arrepiéntete y vuelve a empezar, por horas, días, semanas o meses, bloquea tus sentidos y deja a tu creatividad ser ultrajada por la inanición y la desidia.