Anonímo
La veo sirena, me canta, me atrapa, me amarra, me acaricia el estómago desde dentro. Manosea intestino, hígado; aprieta pulmón y detiene corazón. Frío.
Anonímo
Su cabello empezó a caer, sus ojos a derretirse, su boca se abría y veía solamente mierda. El castaño desaparece, el blanco se arruga; una dulce niña sin más. Y la veía, y no miraba; y en ella pensaba, se escondía. En ese instante se fue la furia, el dolor cambió a escalofríos, el desaliento en calma; y ahora moriré solo como siempre lo soñé y como siempre lo esperé.
Xavier villarruita
- Soneto de esperanza
Amar es prolongar el breve instante de angustia de ansiedad y de tormento en que, mientras espero, te presiento en la sombra suspenso y delirante. Yo quisiera anular de tu cambiante y fugitivo ser el movimiento, y cautivarte con el pensamiento y por él sólo ser tu solo amante. Pues si no quiero ver, mientras avanza el tiempo indiferente, a quien más quiero, para soñar despierto en tu tardanza. La sola posesión de lo que espero, es porque cuando llega mi esperanza es cuando ya sin esperanza muero.
Julio Cortázar
- Rayuela, Capítulo 68
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia...().