Fiódor Dostoievski
- Los Hermanos Karamázov
Recuerda particularmente que no puedes ser juez de nadie. Porque no puede haber en la tierra juez para el delincuente mientras el propio juez no comprenda que es también un delincuente como el que tiene ante sí, y que acaso es el primer responsable del delito que se le presenta. Cuando lo haya comprendido así, entonces estará en condiciones de juzgar. Por absurdo que parezca, es la verdad. Porque si yo fuese justo, acaso no existiría el delincuente que tengo ante mí.