La libertad, pensaba, toma formas extrañas, la mujer es una de ellas, tal vez la definitiva. Muchos hombres mataron por eso, y por eso la perdieron. La selva, pensaba, es otra forma de libertad, letal como la mujer. Pero tal vez el peor destino de estos hombres, su máxima condena es trabajar amarrados, encadenados en el camino, que es la expresión de la libertad, la manera que tiene el hombre de arrancarse de lo que lo sujeta y lo asfixia.