Eres tú el cobarde, que se aprovecha de la inocencia de los demás para ganar, pero te arrepentirás de haberlo hecho... No tengo ninguna obligación de darte mi nombre, pero si no lo hago irás directo al infierno sin saber quien acabó con tu miserable vida; y eso no sería justo para ti, así que me presentaré ante ti y espero que nunca me olvides... Yo soy Iki, el ave fénix.