Somos hijos de nuestra época, y nuestra época es política. Todos tus, mis, nuestros, vuestros problemas diurnos, y los nocturnos, son problemas políticos. Quieras o no, tus genes tienen un pasado político, tu piel un matiz político y tus ojos una visión política. Cuanto dices produce una resonancia, cuanto callas implica una elocuencia inevitablemente política. Incluso al caminar por bosques y praderas das pasos políticos en terreno político. Los poemas apolíticos son también políticos.