Hasta que esto se acabe serás una inocente ama de casa con gafas horteras. No te juntarás con hombres, garitos, cubatas o máquinas de pinball. Llevarás una falda y zapatos de tacón corto. Y vas a llevar un corsé. Mira, Laura, créeme, no me suelo quejar de un meneo atractivo, pero lo tienes que guardar para cuando tu marido salga de la cárcel, si es que lo consigo sacar.