No importa, arteth. Tiene lógica: la gente lo creerá. Ahora mismo todo lo que ven son los restos inmundos de lo que antaño fueron aristócratas: los hombres no odian esos restos, los compadecen. Los demonios, sin embargo, son algo que todo el mundo puede odiar. Si acusamos a los elantrinos de ser demonios, entonces tendremos éxito. Tú ya odias a los elantrinos; eso está bien.