Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; Y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores y para ellos no había consolador. Y alabé yo a los finados, los que ya murieron, más que vivientes, los que viven todavía. Y tuve por más feliz que unos y otros al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que bajo el sol se hacen.