Por supuesto, él sabía muy bien que era así. En el Oeste, todo el mundo había oído hablar de él, sin contar a muchas personas en otras partes del mundo. Desde hacía dos años, cuando liquidaron a Wild Bill Hickok en Dakota del Sur, dudo que existiera otro pistolero con una reputación semejante a la de Billy. Pero me limité a Mirarlo y a intentar mantener una actitud relajada.