Desesperadamente y a ciegas, alzamos las manos al cielo. Para empujar esa gran masa de aire a la oscura eternidad del espacio. Fue ahí cuando supe porqué Tohno parecía tan diferente de los demás, y supe también que él nunca se fijaría en mí. Porque él ha estado mirando a algo mucho más alto que yo. Yo nunca podré darle lo que él desea. Pero aún así, sé que mañana o pasado o todos los días, amaneceré inútilmente enamorada de él. Con su pensamiento en mi mente y llorando, finalmente me dormí.