Algunas noches, cuando hay luna llena y el cielo está claro, miro afuera y veo sombras moverse por las calles, en los desfiladeros. Solía considerar que se trataba de perros. Sólo más tarde me di cuenta de que eran coyotes. Algunas noches, muy tarde, al conducir por Mullholland he debido apartarme bruscamente o frenar, y a la luz de los faros he visto coyotes corriendo lentamente entre la niebla con trapos rojos en la boca y sólo cuando vuelvo a casa comprendo que los trapos rojos son gatos.