Anónimo
Despacio, se miraba ante el espejo, cada una de sus arrugas le hacía recordar todo aquello que su mente había tapado, sus dedos paseaban los ojos intentando olvidar, una y mil veces esa imagen que tanto temía que aparecía en sus sueños.
Anónimo
No podía moverme, no podía hablar. Solo podía escuchar y ver. Mi grado de desesperación se acercaba a dimensiones infinitas mientras la silueta seguía ahí, muy bajito, desde su sucio rincón, alimentando mi nuevo estado de locura.
Anónimo
El dolor de cabeza disminuyó un poco su intensidad, y pude darme cuenta de que en realidad no estaba ni adormilado. Recordé de golpe que al atardecer había escuchado un diagnóstico que el doctor daba a mi mujer. El accidente de coche y el estado de embriaguez habían producido una tetraplejia definitiva, y en consecuencia quedaba brutalmente condenado a esa silla de por vida.
Anónimo
Mi mente estaba difusa, espesa, seguramente debido al intenso dolor de cabeza. Intentaba despertar, recordar, sentir, moverme, pero era imposible. Solo recordaba a los amigos y el coche en el párking cuando fui a abrirlo.
Anónimo
Llevaba tiempo ahí intentando acaparar todo el espacio de mi cerebro y acentuando el agudo dolor de cabeza con el que me torturaba. En la oscuridad en la que estaba sumergido intentaba definir, siluetar esa boca abierta mostrando sus pestilentes dientes; su imagen era tan diáfana que no sé si la veía o la imaginaba.
Anónimo
Tenía una mezcla de miedo y resaca porque había escuchado desde chaval miles de historias sobre heroína, putas y problemas. Comencé a andar más rápido para salir de allí cuanto antes y a unos metros de mí escuché una gran carcajada seguido de una voz que se acercaba, pero no acerté a entender lo que decía.
Anónimo
Era muy tarde y estaba lejos de casa. No sabía cómo había llegado hasta esta parte de la ciudad y es que llevaba una temporada abusando en exceso del alcohol. Se trataba de una zona marginal con todos los males que nuestra sociedad nos brinda.
Anónimo
Yo ya no andaba, corría a lo largo de la calle, pero esa voz cada vez estaba más cerca y no me atrevía a mirar atrás. Mi respiración estaba muy agitada y mi miedo se había transformado en pánico porque esa voz, que seguía sin entender lo que decía, me estaba alcanzando.
Anónimo
Paré el coche y salí, el páramo ante mis ojos, árboles lejanos. Entonces desde lejos empezaron a salir figuras y más figuras rodeándome rápidamente para intentar atraparme, conseguí entrar en el vehículo para ver que esas figuras que se agolpaban en los cristales eran yo mismo. Atropellé a mis fantasmas gemelos con dificultad y conseguí salir de allí, todos mis miedos siguieron riendo hasta que recuperé el silencio.
Anónimo
Mi coche avanzaba a través de la noche, en el silencio, la luna iba guiándome a través de la solitaria recta. Entonces oí esa carcajada dantesca que lo ocupó todo, noté mi piel erizarse, mis ojos abrirse...
Anónimo
No digo que la situación no tenga su lado cómico. Mírenme si no, con mi mejor traje recién planchado, camisa de un blanco inmaculado, corbata con el nudo perfectamente ajustado, zapatos lustrados hasta parecer espejos... y, encerrado, sin poder ir a ningún sitio.
Dogma
Los seres humanos no tienen la capacidad auditiva ni psicológica para resistir el fantástico poder de la verdadera voz de Dios. Si lo escucharas, tu mente se colapsaría y tu corazón explotaría dentro de tu pecho. Pasamos por cinco Adanes antes de descubrir esto.
Anónimo
La experiencia yugoslava nos enseña que a veces necesitas tu propio país independiente para darte cuenta de que no tener tu propio país no era el problema a solucionar.
Michael Clayton
Tan claro como parece ser, un sentimiento tan potente como este, tan cierto como el que creo que he presenciado hoy, debe esperar. Debe resistir la prueba del tiempo y, Michael, el momento es ahora.
Michael Clayton
Me di cuenta de que había estado cubierto con esta pátina de excremento durante la mejor parte de mi vida. Y el hedor, el estigma... necesitaría el resto de mi vida para limpiarlos. Así que tomé un aliento profundo y purificador y puse esa noción a un lado.
Michael Clayton
Y luego me di cuenta de que no era el caso, porque volví a mirar el edificio y tuve un sorprendente momento de claridad. Me di cuenta de que había emergido, no de las puertas de Kenner, Back y Ledeen, ni de los portales de nuestro vasto y poderoso bufete de abogados, sino del esfínter de un organismo cuya única función es excretar el veneno, la munición, el defoliante... necesario para que otros organismos más grandes y poderosos destruyan el milagro de la humanidad.
Michael Clayton
Pero luego el tráfico, la estampida, los autos, los camiones, las bocinas... Esta pobre mujer gritaba y me di cuenta de que no era un renacimiento, era una especie de ilusión vertiginosa de renovación que ocurre en el momento final antes de la muerte.
Michael Clayton
De repente, me vi consumido por la abrumadora sensación de que estaba cubierto con algún tipo de película, en mi pelo, mis manos, mi cara... Y pensé que era una especie de líquido embrionario y amniótico, que era justo después del parto, que había roto el capullo y vuelto a nacer.
Michael Clayton
Me di cuenta de que estábamos parados en el medio de la calle, el semáforo había cambiado y había un muro de tráfico que avanzaba hacia nosotros. Y entonces me congelé, no me pude mover.
Michael Clayton
Hace dos semanas salí del edificio, estaba cruzando la sexta avenida y había un coche esperando, tenía exactamente 38 minutos para llegar al aeropuerto y estaba dictando. Había una secretaria aterrada corriendo a mi lado garabateando en un bloc de notas y, de repente, comenzó a gritar.