José Luis Sampedro
- La vieja sirena
Para ayudarles se dedicó a arrancar ella misma esponjas y ramajes de coral, amontonándolos en el fondo sobre el cual solía inmovilizarse el gigantesco animal. Cuando este apareció, dejó caer el filamento con la uña que le sujetaba al fondo y empezaron a saltar al agua las crías, la sirena aguardó escondida cerca de donde había dispuesto su cosecha.