Julio Verne
- Fragmento del capítulo 40
Hasta la tempestad nos ha puesto en el camino acertado. ¡Bendita sea la tormenta! ¡Nos ha traído a esta costa de la que el buen tiempo nos hubiera alejado! Suponga por un instante que hubiéramos tocado con nuestra proa (¡con la proa de una balsa!) las orillas meridionales del mar Lidenbrock; ¿qué habría sido de nosotros? El nombre de Saknussemm no habría aparecido ante nuestros ojos, y ahora estaríamos abandonados en una playa sin salida.
Forrest Gump
Te hice enterrar aquí, bajo nuestro árbol. Y mandé que la casa de tu padre fuera derrumbada. Mamá siempre decía: "la muerte es parte de la vida." Ojalá no lo fuera. El pequeño Forrest está muy grande. Muy pronto volverá al colegio. Yo le hago el desayuno, la comida y la cena cada día. Me encargo de que se peine y se lave los dientes cada día. Y le enseñé a jugar ping-pong; ¡juega muy bien! Vamos mucho de pesca. Y todas las noches leemos; es tan listo, Jenny, estarías orgullosa. Yo lo estoy.
