Al atacar, al impulso de la cintura y de las piernas debe añadirse también la motivación y la energía intrínseca; las manos se emplean sólo como un medio para poder pasar. No establezcas nada en relación contigo mismo. Deja que las cosas sigan como son, muévete como el agua, descansa como un espejo, responde como un eco, pasa rápidamente como lo inexistente y quédate tranquilo como la pureza. Quienes ganan pierden. No precedas a los demás; sígueles siempre.