Podría contarle cómo había hablado con ella en sus noches a solas, podría decirle que su bloc de dibujo estaba lleno de bocetos de ella, de su rostro, de sus grandes ojos castaños, que lo habían contemplado tantas noches desde las estrellas; podría confesarle que había escuchado su voz en el viento a veces, que la había recordado en todos y cada uno de los lugares hermosos que había visitado... que la había echado de menos, intensa, dolorosa y desesperadamente.