Las estalactitas cuelgan del techo. Las estalagmitas crecen desde el suelo. Todas son frágiles cristales, nacidos de la transpiración de la roca, en lo hondo de las cavernas que el agua y el tiempo han excavado en las montañas. Las estalactitas y las estalagmitas llevan miles de años buscándose en la oscuridad, gota tras gota, unas bajando, otras subiendo. Algunas demorarán un millón de años en tocarse. Apuro, no tienen.