Tienes también una especie de sonrisa particularmente hermosa, muy rara de ver, quieta, contenta, aprobatoria, que puede hacer completamente feliz a aquél a quien va destinada. No puedo recordar que durante mi infancia me haya sido expresamente deparada, pero sin duda ha debido suceder, pues por qué habrías de negarmela entonces, cuando aún te parecía inocente, cuando era tu gran esperanza.