Hay cien billones de células en el cuerpo humano -explicó-. Y cada una de esas células de mi cuerpo te ama. Las células se mueren y nacen otras nuevas, y mis células nuevas te aman más que las antiguas, y por eso te amo cada día más que el anterior. Es pura ciencia. Y cuando muera y me incineren, y me convierta en cenizas que se mezclen con el aire, y sea parte del suelo, de los árboles y las estrellas, cualquiera que respire el aire o vea las flores que crecen en la tierra o mire las estrellas.