Descansar en debilidad es fuerza. Si vas a contraerte, primero debes expandirte; si vas a debilitarte, primero debes fortalecerte; si vas a derribar, primero debes levantar; si vas a tomar; primero debes dar. El hombre bueno gana una victoria y entonces se detiene; no continúa con otros actos de violencia, no fanfarronea, no triunfa, no muestra arrogancia. Vence porque no tiene elección. Tras su victoria no será altivo.