Quédate en tu zona de confort hasta que te mueras. No es fácil llegar a un punto en la vida en el cual, cuando te suena el despertador, no desees ahorcarte o ahorcar a la persona que te mira desde el otro extremo de la almohada. Alguna gente, sin embargo, lo consigue. Los vendehumos dicen que esas personas están instaladas en su zona de confort y que deberían abandonarla. Es evidente que quien recomienda eso no solo es imbécil sino que no ha sido feliz en toda su miserable vida. Ni lo será.