Viajé por mi mente, me encontré varias puertas que me llevaban a ciertos recuerdos, algunos felices y otros turbulentos. Viajé por el historial de mis emociones, la que más se repetía era la tristeza y el enojo. Viajé por mis lecciones aprendidas, acabo de darme cuenta de que sigo cometiendo los mismos errores que me recuerdan mis recuerdos más oscuros y sacan mis peores emociones. El problema no es lo que me pasa, el problema soy yo.