Arthur Conan Doyle
- Sherlock Holmes
-Tengo la ventaja de conocer sus costumbres mi querido Watson -dijo-. Cuando su ronda es breve va usted a pie, y cuando es larga toma un coche de alquiler. Ya que percibo que sus botas aunque usadas no tienen nada de sucias, no me cabe duda de que últimamente su trabajo ha justificado tomar el coche. -¡Excelente! -exclamé. -Elemental -dijo él.