Aktuelle Kommentare

Anonymous
Absolutely fair. I feel the same!

Satoru
i got my own quote an absolutely flunked it

Jack Johnson
The Curious George movie was so fire, and this song makes me mad nostalgic - …

Rick Riordan
Fire quote from a sigma character in the series

Tay chee siong
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Anónimo
Algo o alguien me obligó a acercarme un poco más. El olor. Un automóvil en llamas. El árbol herido en su rugoso vientre. La sangre, mi sangre. Y la nota. Entonces, en ese momento, comprendí. Giré instintivamente la cabeza a mi derecha, y un fuerte temblor sacudió todo mi nuevo ser.

Anónimo
Después de abandonar mi cuerpo, sentí unos irresistibles deseos de volverme y mirar atrás. Allí, difuminada por la intensa niebla y sobre el asfalto mojado, se encontraba la silueta de lo que parecía ser mi anterior yo. No había duda. Ninguna otra posibilidad: estaba muerto.

Anónimo
Allí delante se configuraba una figura, de apariencia humana pero origen desconocido. Cuando abrió los ojos la vio de nuevo: la sombra nacida de materia intangible estaba ante él: vestida de fuego, ojos llameantes, insoportable mirada roja, sangrienta. Volvía a enfrentarse a la muerte, pero ahora se entregaría a ella.

Anónimo
La niebla, impregnada de aquella luminosidad extraña, a ras de suelo, empezó a arremolinarse y parecía cobrar vida, ascendiendo alrededor de él, que seguía arrodillado en el suelo, con los brazos cruzados y la cabeza baja.

Anónimo
Esos cantos tétricos, cada vez más insoportables en medio del bosque, en medio de la lluvia, en medio de la espesa vegetación por la que sin embargo se filtraba la tenebrosa luz, hicieron que con las fuerzas que no tenía soltara un último grito de desesperación, de angustia.

Anónimo
Allí, perdido, apenas era consciente de que se estaba poniendo el sol, pero con ello justificaba la luminosidad extraña que parecía surgir de un infierno subterráneo. Pero de repente empezaron a sonar aquellas voces que ya le resultaban familiares, aunque no podía identificar si provenían de su cabeza o de la misma esfera de aquella luz tan indefinible.

Anónimo
Llovía. Y en medio del bosque la lluvia intensa provocaba la niebla más espesa que jamás había visto. Pero en ese momento solo podía notar que temblaba, y que sus dedos se clavaban sin poder evitarlo en sus brazos cruzados, agarrados fuertemente por instinto.

Jim Jarmusch
Nada es original. Roba de donde sea que resuene con inspiración o encienda tu imaginación. Para robar, selecciona solo aquellas cosas que hablen directamente con tu alma. Si haces esto, tu trabajo (y plagio) será auténtico. La autenticidad es invaluable; la originalidad, inexistente. Y ni siquiera intentes ocultar tu plagio... Celébralo, si te apetece.

Anónimo
No pude gritar, mi última mirada fue para observar una pierna desgarrada entre sus dientes, y la nada. Entonces desperté, palpé las sábanas, una carcajada seca y absurda rompió mi noche.

Anónimo
Súbitamente desapareció en el fondo de la bahía, sin duda para embestirme desde abajo. Primero fue un terrible costalazo. Luego se asomó para mostrarme sus nueve hileras de colmillos blancos, sus ojos apagados, sin odio ni crueldad, como los de quien ejecuta una rutina.

Anónimo
Yo no encontraba salida. Hubiese querido no saber que mis nervios lo atraerían más a mí, que las vibraciones de mi cuerpo enardecerían su instinto, que mis chapoteos le avisarían de estar ante una presa fácil.

Anónimo
Ahí estaba, enorme. Solos él y yo, él como experto depredador, en su terreno, yo como usurpadora, violando sus dominios. Me rodeaba, tan pronto lo tenía delante como detrás, inspeccionaba a su víctima con serenidad maldita.

Anónimo
Se situó ante mí repentinamente. No era posible. Apenas un segundo antes la aleta del escualo distaba a más de veinte metros. Ahora lo tenía delante, sin poder esquivar su voracidad. Las risas de mis compañeras se esfumaron con el atardecer, y como si hubiesen robado dos horas al tiempo, se hizo noche cerrada.

Anónimo
Al otro lado, paredes rosas, deformes, que inundaban su cuerpo. Él la observaba desde arriba, mientras millones de recuerdos retumbaban en sus oídos. Sola ante el espejo, recorriendo con sus dedos cada una de las arrugas que le hacían recordar todo aquello que su mente había tapado.

Anónimo
La angustia la rodeaba... Él estaba allí otra vez. Lo sabía, no era posible, ella solo quería olvidarlo, olvidar todo aquello, pero él lo había conseguido. De nuevo dominaba su espacio.

Anónimo
Pequeñas lágrimas de dolor recorrían sus mejillas, cayendo al suelo, mojando sus pies desnudos. Otra vez estaba allí. Silencio. Solamente la voz del viento gimiendo llegaba a sus oídos.

Anónimo
Despacio, se miraba ante el espejo, cada una de sus arrugas le hacía recordar todo aquello que su mente había tapado, sus dedos paseaban los ojos intentando olvidar, una y mil veces esa imagen que tanto temía que aparecía en sus sueños.

Anónimo
No podía moverme, no podía hablar. Solo podía escuchar y ver. Mi grado de desesperación se acercaba a dimensiones infinitas mientras la silueta seguía ahí, muy bajito, desde su sucio rincón, alimentando mi nuevo estado de locura.

Anónimo
El dolor de cabeza disminuyó un poco su intensidad, y pude darme cuenta de que en realidad no estaba ni adormilado. Recordé de golpe que al atardecer había escuchado un diagnóstico que el doctor daba a mi mujer. El accidente de coche y el estado de embriaguez habían producido una tetraplejia definitiva, y en consecuencia quedaba brutalmente condenado a esa silla de por vida.

Anónimo
Mi mente estaba difusa, espesa, seguramente debido al intenso dolor de cabeza. Intentaba despertar, recordar, sentir, moverme, pero era imposible. Solo recordaba a los amigos y el coche en el párking cuando fui a abrirlo.